Trena es ceutí. No se sabe si ello influye en su estilo y en su arte. Se le ve mas bien, caminando perdido por las calles de la Habana Vieja, entre flores y amores, esperando encontrarse al Ché en cualquier esquina para irse a tomar un mojito en algun “paladar” con vistas al océano que se ve camino de los cayos…
González Trena trabaja la madera, porque su alma es de madera dura de perfiles armoniosos, como si quisiera presentarnos un contraste entre la dureza de la vida con la armonía y la belleza, que a pesar de todo encierra, este mundo de locos.
Su obra va desgarrando esa piel atormentada, que va toreando siempre la desesperanza, con la pureza de un arte que le eleva y le hace viajar en el tiempo y en el espacio, desde su Ceuta natal hasta el Malecón habanero, de mar en mar, de escultura en escultura, del barro al cuero, de la madera al marfil, de los sueños a la desesperanza, de la monotonía al dolor del alma, que es el peor de los dolores para el cual, la humanidad no ha encontrado antídoto alguno.
Desde l 27 de diciembre de 2016 al 16 de enero de 2017
Horario: lunes a viernes de 10:00 a 14:00 y de 17:00 a 21:00
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